Los efectos de la privación del sueño
Para investigar las funciones del sueño, además de otro tipo de métodos, se ha utilizado la privación del sueño en ratas y en personas humanas voluntarias, para observar qué efectos se producen con el objetivo de tratar de ponerlos en relación con otras funciones del cerebro y del organismo en su conjunto.
Para poder entender completamente este post, es muy recomendable leer el post anterior que escribí explicando las fases del sueño y sus principales funciones haciendo clic aquí.
LA PRIVACIÓN DEL SUEÑO DURANTE LARGOS PERÍODOS DE TIEMPO EN RATAS
Es relativamente fácil privar de sueño durante unas horas a ratas y otros animales de laboratorio, sencillamente manipulándolos y molestándolos cuando se quedan quietos y se disponen a dormir -y eso es lo que se hace cuando se quiere privar del sueño a estos animales en un tiempo corto-, pero resulta extremadamente difícil privar totalmente de sueño a los animales durante muchos días sin producirles estrés o daños no derivados de la propia privación del sueño, ya que el impulso de dormir conforme avanza la privación del sueño es de tal magnitud que se duermen aunque se les esté manipulando, además de responder de forma hostil y agresiva.
Para privar de sueño durante largos períodos de tiempo a ratas de laboratorio se ha empleado el aparato denominado "Disco sobre el agua", que consiste en un disco suspendido sobre dos bandejas con agua muy poco profunda. La rata experimental a la que se va a privar de sueño se coloca en una mitad del disco, y la rata control (a la que no se le va a privar de sueño) en la otra mitad. Ambas ratas tienen insertados electrodos para registrar sus electorencefalogramas y electromiogramas y poder determinar cuándo entran en cada fase del sueño y poder cuantificarlas. Este disco está conectado a un ordenador obviamente, y cuando el ordenador recibe la señal de que la rata experimental ha entrado en sueño o en la fase concreta del sueño del que se la desea privar, se pone en funcionamiento un motor en el disco, y el disco comienza a hundirse, por lo que la rata experimental debe despertarse y moverse en la dirección opuesta o caerá al agua y se despertará -a estos animales les resulta imposible dormirse mientras están en el agua-.
Para resumir un poco todo este proceso, básicamente la rata experimental solo duerme como mucho un 10% del total del sueño que podría dormir, por lo que es una privación casi total de sueño. Empleando este sistema durante varios días seguidos se ha comprobado que las ratas privadas de sueño -tanto si es privación total del sueño como si es de las fases de ondas lentas o fase REM, desarrollan graves deterioros que incluyen la pérdida de la capacidad para regular la temperatura corporal, incremento de la tasa metabólica, incremento de la ingesta y aún así pérdida de peso pero sin llegar a estar esqueléticas, lesiones en la piel de la cola y de las patas de origen completamente desconocido, debilitamiento y, finalmente, tras dos o tres semanas sin dormir, o el doble de tiempo si se trata de privación selectiva de la fase REM, la muerte del animal.
Y estos efectos no se deben al tiempo que el animal pasa dentro del agua, ya que en las ratas controles -que no eran sometidas a la privación del sueño pero también pasaban un proceso similar en el agua- no se observó ninguno de estos síntomas.
Si la privación de sueño se interrumpe antes de que las ratas se encuentren muy debilitadas, éstas recuperan en general su salud, aunque la tasa metabólica tarda semanas en alcanzar valores normales. La recuperación del sueño en estos animales tras un período largo de privación total de sueño o de privación de sueño REM se caracteriza por un rebote muy importante del sueño REM -es decir, al dormir pasan directamente a la fase REM en vez de pasar primero por la fase no REM-, mientras que si la privación total de sueño ha sido durante un período corto, el rebote de sueño es de la fase no REM (pasan mucho más tiempo durmiendo en esta fase que el que suele ocupar en condiciones normales).
Por lo tanto, como hemos visto, dormir es una función vital en los animales, pero estos estudios no resuelven en sí la cuestión de para qué sirve exactamente dormir, ya que las autopsias de las ratas no han mostrado anormalidades en ningún órgano, excepto la piel, y no ha sido posible identificar cuál es el déficit primario o fundamental que genera no dormir, o cómo se relaciona el deterioro metabólico observado con la falsa de sueño. Es decir, las ratas han muerto... de sueño, pero no se sabe cómo este las ha matado.
LOS EFECTOS DE PRIVACIÓN TOTAL DEL SUEÑO EN HUMANOS
Mientras que las ratas duermen unas 14 horas diarias con siestas frecuentes, los humanos dormimos aproximadamente la mitad de esas horas y normalmente en un sólo período nocturno. Además, las transiciones de sueño NREM y REM en las ratas es más frecuente que en humanos, por lo que la privación del sueño en ratas se acumula más deprisa, y privar a unas ratas de unas horas de sueño equivaldría a privar a un humano de sueño un día completo.
Para poder entender completamente este post, es muy recomendable leer el post anterior que escribí explicando las fases del sueño y sus principales funciones haciendo clic aquí.
LA PRIVACIÓN DEL SUEÑO DURANTE LARGOS PERÍODOS DE TIEMPO EN RATAS
Es relativamente fácil privar de sueño durante unas horas a ratas y otros animales de laboratorio, sencillamente manipulándolos y molestándolos cuando se quedan quietos y se disponen a dormir -y eso es lo que se hace cuando se quiere privar del sueño a estos animales en un tiempo corto-, pero resulta extremadamente difícil privar totalmente de sueño a los animales durante muchos días sin producirles estrés o daños no derivados de la propia privación del sueño, ya que el impulso de dormir conforme avanza la privación del sueño es de tal magnitud que se duermen aunque se les esté manipulando, además de responder de forma hostil y agresiva.
Para privar de sueño durante largos períodos de tiempo a ratas de laboratorio se ha empleado el aparato denominado "Disco sobre el agua", que consiste en un disco suspendido sobre dos bandejas con agua muy poco profunda. La rata experimental a la que se va a privar de sueño se coloca en una mitad del disco, y la rata control (a la que no se le va a privar de sueño) en la otra mitad. Ambas ratas tienen insertados electrodos para registrar sus electorencefalogramas y electromiogramas y poder determinar cuándo entran en cada fase del sueño y poder cuantificarlas. Este disco está conectado a un ordenador obviamente, y cuando el ordenador recibe la señal de que la rata experimental ha entrado en sueño o en la fase concreta del sueño del que se la desea privar, se pone en funcionamiento un motor en el disco, y el disco comienza a hundirse, por lo que la rata experimental debe despertarse y moverse en la dirección opuesta o caerá al agua y se despertará -a estos animales les resulta imposible dormirse mientras están en el agua-.
Para resumir un poco todo este proceso, básicamente la rata experimental solo duerme como mucho un 10% del total del sueño que podría dormir, por lo que es una privación casi total de sueño. Empleando este sistema durante varios días seguidos se ha comprobado que las ratas privadas de sueño -tanto si es privación total del sueño como si es de las fases de ondas lentas o fase REM, desarrollan graves deterioros que incluyen la pérdida de la capacidad para regular la temperatura corporal, incremento de la tasa metabólica, incremento de la ingesta y aún así pérdida de peso pero sin llegar a estar esqueléticas, lesiones en la piel de la cola y de las patas de origen completamente desconocido, debilitamiento y, finalmente, tras dos o tres semanas sin dormir, o el doble de tiempo si se trata de privación selectiva de la fase REM, la muerte del animal.
Y estos efectos no se deben al tiempo que el animal pasa dentro del agua, ya que en las ratas controles -que no eran sometidas a la privación del sueño pero también pasaban un proceso similar en el agua- no se observó ninguno de estos síntomas.
Si la privación de sueño se interrumpe antes de que las ratas se encuentren muy debilitadas, éstas recuperan en general su salud, aunque la tasa metabólica tarda semanas en alcanzar valores normales. La recuperación del sueño en estos animales tras un período largo de privación total de sueño o de privación de sueño REM se caracteriza por un rebote muy importante del sueño REM -es decir, al dormir pasan directamente a la fase REM en vez de pasar primero por la fase no REM-, mientras que si la privación total de sueño ha sido durante un período corto, el rebote de sueño es de la fase no REM (pasan mucho más tiempo durmiendo en esta fase que el que suele ocupar en condiciones normales).
Por lo tanto, como hemos visto, dormir es una función vital en los animales, pero estos estudios no resuelven en sí la cuestión de para qué sirve exactamente dormir, ya que las autopsias de las ratas no han mostrado anormalidades en ningún órgano, excepto la piel, y no ha sido posible identificar cuál es el déficit primario o fundamental que genera no dormir, o cómo se relaciona el deterioro metabólico observado con la falsa de sueño. Es decir, las ratas han muerto... de sueño, pero no se sabe cómo este las ha matado.
LOS EFECTOS DE PRIVACIÓN TOTAL DEL SUEÑO EN HUMANOS
Mientras que las ratas duermen unas 14 horas diarias con siestas frecuentes, los humanos dormimos aproximadamente la mitad de esas horas y normalmente en un sólo período nocturno. Además, las transiciones de sueño NREM y REM en las ratas es más frecuente que en humanos, por lo que la privación del sueño en ratas se acumula más deprisa, y privar a unas ratas de unas horas de sueño equivaldría a privar a un humano de sueño un día completo.
La observación de privación más larga en una persona es la de un chico de 17 años, psicológicamente estable y saludable, quien decidió batir el record Guiness de permanencia en vigilia, en la que se mantuvo 264 horas seguidas (11 días). El sujeto no utilizó ni estimulantes, ni siquiera café para mantenerse despierto. Algunos de los síntomas que mostro fue el de la irritación y susceptibilidad, sin alcanzar la intensidad de ideaciones paranoicas, ni sufrió ninguna psicopatología importante durante la privación del sueño ni después. En su primer día de recuperación del sueño, el sujeto durmió 14 horas seguidas, y en sus primeros 3 días de sueño, en el electroencefalograma se reflejaba un rebote del sueño de ondas lentas.
En otro estudio con 4 muchachos con privación del sueño de 8 días y medio, los sujetos no mostraron desórdenes psicopatológicos importantes durante la privación, excepto uno de ellos que al sexto día sufrió una alucinación visual. También este experimento demostró algo curioso: el incremento del sueño de ondas lentas fue generalmente mayor en la primera noche y el de REM en la segunda noche. Por lo tanto, estos estudios y similares llegaron a la conclusión de que la privación del sueño en humanos no parecía tener graves consecuencias fisiológicas ni psicológicas más allá de algunos síntomas que ahora se describirán, pero estos efectos desaparecían al volver al ciclo normal de sueño y vigilia. Hoy en día, sin embargo, los investigadores del sueño insisten en que no dormir o dormir poco/mal puede tener efectos importantes y potencialmente peligrosos en la salud y en la vida diaria.
Síntomas de la privación total del sueño
Si bien hay grandes diferencias individuales, existen algunas características comunes entre sujetos a los que se les obliga al sujeto experimental a no dormir (siempre mediante tareas experimentales, ya que sino, esta privación es imposible de conseguir).
-Tras 24 horas, aparece una necesidad imperiosa de dormir, junto con fatiga, ardor y sequedad de ojos.
-Transcurridos de 2 a 5 días, surgen alteraciones de la visión, sueños en vigilia (microsueños), así como problemas de lectura, que se hace dificultosa, y en la escritura, que se hace ilegible.
-Tras 5 días hay sueños en vigilia con mayor frecuencia, pero curiosamente tiene lugar una aparente recuperación de la fatiga. Pueden darse incluso delirios paranoides, y alucinaciones visuales o auditivas, aunque ello no es duradero.
Desde un punto de vista cognitivo, aumenta el tiempo de reacción en la realización de diversas tareas, la disminución en la velocidad de realización de las operaciones relativas a tareas matemáticas, déficit en tareas psicomotoras, y un deterioro general en la realización de las tareas.
Todos estos efectos obviamente son reversibles, ya que el sujeto se recupera con facilidad si se le deja dormir reposadamente.
Privación selectiva del sueño
¿Qué pasaría si privamos a un sujeto de una fase concreta del sueño, pero no de las demás, y sin llegar a despertarle? Para ello se han realizado experimentos en los que se presenta un ruido lo suficientemente intenso como para conseguir que el sujeto salga de la fase de sueño en la que se encuentra, pero no para que se despierte.
- Si se privaba a los sujetos de la fase IV del sueño (fase del sueño profundo, antes de la fase REM), aparecía el fenómeno de rebote (cuando a un sujeto se le priva de una fase del sueño durante un tiempo concreto, al dejarle dormir sin interrupciones se observa que entra con más facilidad y frecuencia en dicha fase del sueño). También aparecen sensaciones corporales desagradables y malestar físico general, y en ocasiones, cansancio, fatiga y depresión.
- Por su parte, si se privaba a los sujetos de la fase REM del sueño, aparece el fenómeno de rebote también, disminución del acceso a recuerdos emocionalmente importantes, entorpecimiento en la adaptación de estímulos que causan ansiedad, dificultad de retención en la memoria...
Por lo tanto, tanto la privación total y selectiva afecta a la salud física y psíquica: respecto al Sistema Nervioso Central, afecta negativamente a funciones como la regulación del apetito, la memoria y las emociones; respecto al Sistema Inmunitario, si no se duerme lo suficiente, el sistema inmune no puede combatir con eficacia las enfermedades, y respecto al Sistema Endocrino, se produce una falta de sensiblidad del cuerpo a la insulina, por lo que puede producirse obesidad.
Como conclusión general, en sí a corto plazo la privación selectiva y/o total del sueño tiene efectos totalmente reversibles, pero a largo plazo, estos pueden llegar a hacerse irreversibles.
Otros artículos relacionados:
Fuentes:
-Manual de Psicología Fisológica de la UNED.
-Manual de Psicología de la Motivación de la UNED.
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